Golpe de Estado en Grecia

Josetxo Ezcurra

Josetxo Ezcurra

por Clara Serrano García

En Grecia ganó las últimas elecciones Syriza con un programa que pretendía sacar a la economía griega de la crisis en la que estaba sumida con una receta distinta a la de la austeridad, que es la que se ha venido aplicando en todos los países de la UE. La austeridad -en forma de privatizaciones, recortes salariales, y desregularización del mercado de trabajo- se ha mostrado como una vía completamente ineficaz para resolver los problemas que amenazan a la población europea (el creciente paro, la desigualdad social, la deuda), problemas que están teniendo consecuencias catastróficas inmediatas sobre la vida de las personas. Los gobiernos anteriores al de Syriza aplicaron disciplinadamente las recetas dictadas por la Troika, (BCE, FMI y CE), una alianza de organismos que se encuentra fuera del control democrático, y que vela por los intereses de los llamados mercados -los poderes económicos y financieros. La Troika pone una serie de condiciones a los gobiernos a cambio de recibir los rescates financieros que impiden que la banca pierda liquidez y evitando que la economía del país llegue a una situación de bancarrota. Así ha sucedido en Grecia durante los últimos años. Pero, hay que tener muy en cuenta que no se trata de rescates que favorezcan a la población, por mucho que nuestros dirigentes políticos estén intentando vender la idea de que los países de la UE hemos sido muy solidarios con Grecia, un país, al parecer, lleno de vagos y de funcionarios multimillonarios, que han estado viviendo a costa de los trabajadores europeos. Lo que se ha rescatado en Grecia ha sido a las entidades financieras, y en realidad, a los bancos alemanes y franceses, principales tenedores de deuda pública griega. Así lo ha reconocido en una carta Olivier Blanchard, principal economista del FMI, quien dice expresamente que la mayor parte de los rescates ha ido a parar a bancos con sede en Francia y Alemania. La increíblemente grande deuda griega tiene su origen no en el gasto público, sino en la transformación en deuda pública de la deuda privada generada por la banca. El problema de la deuda es una especie de espiral infinita, pues para impedir la quiebra de la economía se acude a nuevos rescates financieros, cuyos intereses se suman a la deuda ya existente, deuda que tiene que pagar el Estado, es decir, la gente. Sin duda, la deuda funciona como un eficaz instrumento de chantaje político: tu economía se está hundiendo y estás en peligro de dejar de ser solvente. Te puedo prestar dinero para salvar tu sistema financiero, pero a cambio tienes que hacer lo que yo te ordene, con independencia de lo que quieran tus electores. Así funciona en este momento la UE.

¿Cómo salir de la espiral? Syriza ganó las elecciones con un programa en el que se comprometía a emprender un camino distinto. Para solucionar los problemas de la economía griega Syriza planteaba la necesidad de llevar a cabo una serie de reformas en la economía que favorecieran los intereses del pueblo griego, obedeciendo así el mandato principal de todo gobierno democrático. Para ello es imprescindible buscar una solución al problema de la deuda pública, que actualmente representa el 180 % del PIB. La solución pasa por una reestructuración de la deuda, que puede llevarse a cabo de distintas maneras: en forma de quita, a través de moratorias o a través de una rebaja de los tipos de interés. Que la solución pasa por la reestructuración lo han dicho muchos economistas, e incluso el FMI ha hablado de la necesidad de una quita. Lo que el gobierno de Syriza ha planteado desde el principio es, pues, algo de sentido común, como han declarado muchos economistas, algunos de ellos premios nobel en economía, y no la ocurrencia de unos fanáticos, como quieren hacer pensar a la opinión pública las elites europeas, empresa a la que están contribuyendo eficazmente los medios de comunicación, y algunos intelectuales, como por ejemplo en nuestro país Fernando Savater que ha escrito hace unos días un repugnante artículo en El Pais en el que acusa a Syriza de haber apelado a la “bestia sarnosa del nacionalismo” por haber convocado un referendum democrático. La única salida posible pasa por una reestructuración de la deuda griega, porque el pago de la deuda y de los intereses mantienen a la economía griega completamente ahogada. Para poder llevar a cabo reformas en la economía e incentivar el crecimiento económico, el Estado tiene que poder invertir en gasto público, pero si todos sus ingresos se dedican al pago de los intereses de la deuda difícilmente va a poder hacerlo. La solución económica existe. Porque ante lo que estamos no es ante un problema técnico o económico, sino ante un problema de orden político, en el que se está jugando, nada menos que la posibilidad de la democracia. Y es un problema que no sólo afecta a Grecia, sino que afecta a toda la UE.

El Eurogrupo, que en un momento de las negociaciones llegó a expulsar al anterior ministro de finanzas griego Yannis Varoufakis de una reunión, comportándose como un verdadero cártel mafioso, ha estado jugando con la amenaza de la expulsión de la zona euro a Grecia si su gobierno no capitulaba y cumplía obediente las condiciones impuestas por Alemania, condiciones que de ser aceptadas suponen renunciar a las medidas con las que ganó las elecciones. Ante el chantaje el gobierno griego convocó un referendum -algo insólito en la UE, donde los gobiernos nos tienen acostumbrados a una disciplina militar frente a los mandatos de la Troika- para preguntar a su pueblo sobre el acuerdo que en aquel momento estaba sobre la mesa. El No ganó de manera rotunda, a pesar de que desde el anuncio del referendum se emprendió la guerra mediática más salvaje que se pueda imaginar a favor del Sí. De nuevo hemos visto a los medios de comunicación, a los políticos y a los intelectuales menospreciar, insultar y acusar de falta de responsabilidad al primer ministro griego Alexis Tsipras. Por poner tan sólo un ejemplo, la que fuera ministra de sanidad del último gobierno del PSOE, Trinidad Jiménez, en el programa de Ana Pastor en el que se analizaban los resultados del referendum griego, se permitió decir públicamente, en la televisión, que lo que había que exigir a Tsipras para que se llegara a un acuerdo era sentido de la responsabilidad, y enterarse de cómo funciona la maquinaria europea.

¿Y cómo funciona la maquinaria europea? ¿A base de golpes de estado encubiertos, como lo fue la reforma del artículo 135 de la Constitución española que acordaron el PP y el PSOE, y que obliga al Estado a priorizar el pago de los intereses de la deuda frente al gasto social? Trinidad Jiménez insinuaba que la celebración del referendum no iba a resolver el problema de Grecia, y que más bien iba a servir para tensar aun más la situación. Desde luego ella sí sabe como funciona la maquinaria europea: como una mafia. Pero entonces en lugar de exigir responsabilidad a Tsipras lo que debería hacer es denunciar con todas sus fuerzas que en la UE nos gobierna una banda de mafiosos, y que no es posible, por mucho que se ganen unas elecciones o un referendum, desobedecer a los mercados. Hace poco en una entrevista Varoufakis contaba que cuando se le ocurrió preguntar por el funcionamiento del Eurogrupo, por la vigencia de la norma de la unanimidad en la toma de decisiones, la respuesta que recibió fue que el Eurogrupo no existe. Aunque es el organismo que toma las más importantes decisiones dentro de la UE que afectan a la vida de todas personas que viven dentro de la UE, el Eurogrupo no existe. Y como no existe no tiene reglamentos de funcionamiento interno, no tiene normas, ni mucho menos actas. Pues bien, un organismo inexistente es la institución con mayor poder de toda la UE. 

Tenía razón Trinidad Jiménez al augurar que el resultado del referéndum no iba a ayudar a Grecia. Eso sólo podría pasar en una UE en la que se respetara la soberanía de los Estados y la democracia. El “acuerdo” al que se ha llegado entre Grecia y Alemania, o más bien el resultado de un chantaje despiadado tras 17 horas de negociación supone asumir unas condiciones absolutamente inaceptables, mucho peores que las que se planteaban en un principio. Es indudable que lo que se está buscando es humillar al pueblo griego, y hundir al gobierno de Syriza, el primer gobierno de toda la UE que se ha atrevido a enfrentarse a la Troika y decir No. Entre las durísimas condiciones imprescindibles para que se recupere la “confianza” perdida por la irresponsabilidad del gobierno griego se incluye entre otras la financiación de la deuda a través de la privatización masiva, y recortes en las pensiones. Pero además se obliga a dar marcha atrás en las reformas emprendidas en estos meses de gobierno, y la imposibilidad de emprender reformas sin el visto bueno de las instituciones europeas: “Para normalizar completamente los métodos de trabajo con las instituciones, el Gobierno deberá consultar y acordar con las instituciones –la Troika- cualquier iniciativa legislativa en áreas relevantes y con la debida antelación en consultas públicas o parlamentarias”.

alemanha
Lo que tenemos delante por tanto es, como correctamente se ha nombrado desde las redes sociales, un golpe de estado (en Twitter ha sido TT el hastag “ThisIsaCoup”), porque se está quitando a Grecia -y a todos los países de la UE la capacidad de legislar. Cuando se le arrebata a una nación el poder de legislarse a sí misma, se le ha arrebatado la soberanía. A Grecia se le están imponiendo unas condiciones para el rescate que suponen no sólo incumplir su programa electoral, sino anular la capacidad legislativa del Parlamento. Se trata de un golpe de estado en toda regla, y no sólo en Grecia, sino a toda la UE. El mensaje que están enviando los poderes financieros a la población europea es que aquí no hay alternativa, que las decisiones no se toman en los Parlamentos, que no hay democracia que valga. Lo que se puede o no se puede hacer no lo decide el poder político. Lo que nos están diciendo es que no seamos ingenuas, que los mecanismos democráticos europeos, en realidad, son una farsa, porque las decisiones importantes no se toman ahí. Y es que si realmente se tomaran en los parlamentos sería un desastre, porque al pueblo, ignorante y pobre, a veces le da por votar a opciones políticas como Syriza, un partido de ignorantes y de pobres, que no saben nada de economía y que pretenden poner por encima de los intereses de los ricos y de los poderosos los intereses de los pobres e ignorantes. A Syriza se le ha olvidado que cada uno ocupa el lugar que le corresponde, y que los pobres e ignorantes – y aquí pueden entrar países enteros como Grecia, como España o como Portugal – lo vienen siendo históricamente. El único gesto político que los mercados están dispuestos a aceptar es de ponerse de rodillas frente a Alemania, y si pretendes no arrodillarte y mantenerte en pie, reclamando tu soberanía, entonces te vas a enterar de lo que vale un peine: no sabes con quien estás hablando. Te van a retorcer el brazo hasta que grites de dolor y hasta que te arrepientas de haber pronunciado en algún momento que no eras una colonia de Alemania. Y van a seguir retorciéndole el brazo a Grecia mientras el resto de países miran cómo se lo retuercen, para que olviden definitivamente, si es que alguna vez se les pasó por la cabeza, votar de manera equivocada, es decir, votar a una opción que no esté dispuesta a aceptar los chantajes de una banda de gangsters.

Lo que se está jugando en este momento es nada menos que la soberanía de los pueblos europeos, y no es la primera vez que sucede en Europa. Lo que se está disputando es que la democracia y el Estado de Derecho tengan alguna posibilidad, o que por el contrario sean los intereses de los poderes económicos, por encima de los intereses de las personas, los que dictaminen el funcionamiento de las instituciones. Como lleva diciendo desde hace muchos años el filósofo Carlos Fernández Liria, cuando las reglas del juego las ponen los mercados, los Parlamentos sólo tienen una posibilidad de existir: siempre y cuando no sirvan para nada. En cuanto un Parlamento pretende cambiar mínimamente las reglas del juego, entonces se da un golpe de estado, más o menos encubierto, para poner los puntos sobre las íes, y así se le enseña al electorado lo que tiene que votar.

Syriza: “Para nós, ‘reformas estruturais’ são o combate à corrupção e à fraude fiscal”

Examining the National Debt of Greece    Spiros Derveniotis, by Spiros Derveniotis

Examining the National Debt of Greece Spiros Derveniotis, by Spiros Derveniotis

 

Yiannis Bournous, dirigente do Syriza, falou ao esquerda.net sobre o acordo alcançado no Eurogrupo e a mudança política que o Syriza trouxe à Europa. Entrevistado por Catarina Príncipe

Que avaliação fazes do acordo saído da reunião de sexta-feira no Eurogrupo?

O documento adotado no Eurogrupo dá à Grécia um período extra de quatro meses para apresentar um plano desenvolvido de reformas estruturais. O documento dá-nos espaço para respirar, tanto em termos de tempo como de condições económicas. Mesmo se algumas das considerações do documento possam ser apelidadas de ambíguas, politica e tecnicamente, o importante é que conseguimos cancelar o acordo dado pelo governo anterior em impor novas medidas de austeridade – nomeadamente, nova redução das pensões de reforma, mais aumentos de impostos para as classes populares e a classe média, liberalização dos despedimentos e da confiscação de habitações.

Esta é a primeira vez que um país sobrendividado recebe uma folga financeira e temporal que lhe permite respirar, graças ao que Varoufakis chamou a “ambiguidade criativa” da sua formulação. Por outro lado, fracassou o plano do sr. Schäuble para asfixiar a Grécia no dia 28 de fevereiro – que era o prazo final do memorando – e assim levar o país a um beco sem saída com a falta de liquidez e impor nessa altura as condições que quisesse ao novo governo. Felizmente isso falhou e temos uma nova fase de discussão que levará quatro meses.

Isso quer dizer que as promessas eleitorais não ficaram para trás?

Esta segunda-feira apresentaremos um plano de reformas estruturais aos nossos parceiros. Mas não entendemos a expressão “reformas estruturais” como o faziam os anteriores governos. Para nós elas significam que não haverá mais despedimentos, cortes e austeridade. As nossas reformas estruturais são para combater o clientelismo, a corrupção e a fuga ao fisco. Devo dizer-vos que hoje mesmo foi anunciada a conclusão de uma investigação judicial feita a pedido do ministro anti-corrupção. Ela levou ao congelamento de 404 milhões de euros encontrados em contas bancárias de grandes investidores e depositantes que não conseguiram provar a origem lícita desse dinheiro. Este é o primeiro sinal prático da nossa determinação em lutar contra a fraude fiscal, que para além de ser uma reforma que não tem custos, permite obter grandes receitas ao Estado. Claro que para além destas reformas estruturais, também proporemos medidas de baixo ou nenhum custo para combater a crise humanitária. As primeiras medidas estão a ser ultimadas e serão apresentadas nos próximos dias. Têm a ver por exemplo com a restruturação da dívida privada dos agregados familiares sobrendividados, pequenas e médias empresas e empresários em nome individual. Isto é um bom sinal de que a parte do nosso programa que pode ser aplicada desde já, irá mesmo ser aplicada desde já.

Toda a gente sabe que num processo negocial há dois lados da mesa que têm de recuar nas suas posições. Não desvalorizamos o facto de que no início das negociações estávamos sozinhos contra 18 governos da zona euro. O documento aprovado na sexta-feira não reflete um isolamento. O que estas negociações provaram é que de facto existe um espaço para negociação quando a política é posta em cima da mesa. Antes não havia discussão política, discutiam assuntos técnicos porque todos concordavam com a linha da austeridade para a Europa.

Hoje o cenário é diferente: uns dias antes houve uma declaração de cinquenta (não dois ou três, mas cinquenta) deputados socialistas franceses a defenderem que a Grécia devia ter espaço para respirar e que devíamos pensar num plano de crescimento para a Europa e o fim da austeridade. Também no partido de Renzi – e lembremos que a dívida pública italiana é de 2,3 biliões de euros – ouviram-se vozes nesse sentido. Creio que eles também tirarão partido da nova situação, uma vez que uma dívida dessa dimensão é uma bomba prestes a explodir e Renzi não quer ser destruído politicamente. Eu espero que estes acontecimentos sirvam para motivar as forças que se opõem à austeridade a lutar e a reclamar de forma concreta um plano alternativo.

E sobre a posição dos governos de Portugal e Espanha, que têm sofrido com a austeridade e foram os mais ferozes opositores do acordo?

A política regressou à mesa da União Europeia. Não por causa de uma vitória temporária – como aconteceu há dez anos com a rejeição da Constituição Europeia em referendos na França e Holanda – mas porque finalmente apareceu um governo que diz coisas diferentes.

É natural haver divergências fortes, políticas e ideológicas, com os governos da direita portuguesa e espanhola. Mas respeitamos as opiniões de todos. É mais do que evidente que a estratégia da super-austeridade foi um fracasso histórico para a Europa. Creio que todos os passos que sejam dados agora através da intervenção política do lado grego, todos os passos que dermos em direção ao crescimento e à melhoria das condições de vida dos povos dos países europeus, irão levar a uma reavaliação das prioridades políticas de alguns países.

Não nos esqueçamos que Rajoy e Passos Coelho enfrentam os seus eleitores em novembro e setembro, respetivamente. O sr. Rajoy até deve ter problemas em dormir com o “tic-tac” da contagem decrescente, graças ao que chama a “ameaça” do Podemos. Não acreditamos que o Podemos seja uma ameaça, ele é mesmo o próximo grande passo da esperança num novo plano social sustentado para a Europa.

Se esse “espaço para respirar” que a Grécia conseguiu pode ser benéfico para Portugal ou Espanha, a oposição destes governos deveu-se apenas ao cálculo político?

É verdade, embora saibamos à partida que eles servem interesses de classe e interesses económicos diferentes dos nossos. Por exemplo, a imprensa grega diz que o sr. Rajoy estava tão preocupado com a possibilidade de um acordo que foi dizer aos alemães que se estes cedessem às exigências de Alexis Tsipras, não iria conseguir alcançar mais de 7% nas eleições espanholas. Eles insistem na continuidade destas políticas não porque acreditem que elas tenham trazido resultados positivos, mas sim porque não querem – especialmente antes das suas eleições – que esta alternativa que representamos seja vista como um projeto concreto que avance na Europa.

As sondagens na Grécia davam o apoio de 4 em cada 5 cidadãos ao governo nas negociações. Por toda a Europa houve manifestações e solidariedade. Que impacto teve e como devem prosseguir?

Devo confessar que mesmo para nós, militantes organizados da esquerda, foi uma grande surpresa ver tanta gente organizar-se nas redes sociais e saírem à rua, não contra mas a favor das políticas de um governo! Uma das sondagens publicadas esta semana dava 47% de intenção de voto no Syriza.

Recebemos inúmeras mensagens de solidariedade de múltiplas iniciativas e organizações – tanto as que já existiam durante a crise como as que nasceram agora depois da vitória do Syriza. Foi maravilhoso ver fotografias e vídeos das mobilizações não apenas na Europa mas até nos Estados Unidos ou da América Latina. Foi impressionante e veio confirmar o que dizíamos antes das eleições: que uma vitória do Syriza teria impacto político e mesmo social em toda a Europa.

Agora há cada vez mais cidadãos europeus a perceberem que afinal se pode negociar com a Europa um futuro melhor para o seu país. Acredito que estas iniciativas se vão fortalecer à medida que o governo grego prossiga o seu papel dinâmico e decisivo nas negociações. Há um espaço político em aberto que pode baralhar o jogo político de cada país. Com as suas diferenças, há uma janela de esperança que com uma ação eficaz das forças de esquerda em cada país, isso se possa transformar a prazo em êxitos políticos concretos, eleitoralmente e não só. Estou muito otimista quanto a isso.

Para terminar, qual é a razão para o Syriza ter proposto um antigo ministro da Nova Democracia para Presidente da República?

Houve vários fatores que tivemos de considerar antes de tomar a decisão sobre quem nomear. Não nos podemos esquecer que o Syriza não obteve a maioria absoluta, que tem um parceiro de coligação e sobretudo que vivemos um período histórico, não apenas para a Grécia mas para o conjunto da Europa. Isso significa que precisamos de criar a mais ampla unidade em promover uma alternativa contra a austeridade. Foram essas as principais razões para a escolha de Prokopis Pavlopoulos para a presidência da República.

Para além de fazer parte da Nova Democracia, Pavlopoulos também é conhecido pelo seu mérito académico na área do Direito e por se ter distanciado em muitas ocasiões das medidas e discursos extremistas, como o imposto sobre imóveis introduzido pelo governo Samarás. Também é importante perceber que atualmente no espaço político da direita há uma divisão entre os políticos mais moderados de centro-direita, que foram céticos em relação à super-austeridade do governo Samarás, e o setor mais extremista da Nova Democracia, liderado pelo próprio Samarás. A escolha de Pavlopoulos serviu então para mostrar que estamos dispostos a cooperar com todas as forças que reconhecem a necessidade de uma mudança drástica de políticas.

 

US$ 7 bilhões de brasileiros em contas secretas de um único banco na Suíça

* Documento revela que o HSBC facilitou a abertura de contas sem perguntar a origem do dinheiro de 8,7 mil clientes do Brasil

* Tráfico de dinheiro para um único banco em um mundo repleto de paraísos fiscais

* A regra é não saber de onde o dinheiro vem, a quem pertence ou para que serve

* Fraude fiscal e branqueamento de capitais

Hsbc

GENEBRA – O banco HSBC ajudou a mais de 8,7 mil brasileiros a depositar US$ 7 bilhões em contas secretas na Suíça. Os dados fazem parte de documentos bancários que revelam como a instituição teve um papel ativo em facilitar a abertura de contas, sem perguntar a origem do dinheiro e que, em muitos casos, ajudou a evadir impostos.

No mundo, o banco auxiliou a mais de 100 mil clientes a levar para a Suíça suas fortunas, nem sempre declaradas em seus países. A lista desses clientes é um exemplo de como o sistema bancário do país alpino lucrou ao manter contas de criminosos, traficantes, ditadores e milionários que optaram por não pagar impostos ou pilharam seus países.

No caso do HSBC, o Brasil aparece com destaque na lista, sendo o quarto país com maior número de clientes no ranking das nacionalidades que mais usaram o banco e as contas secretas. No total, foram mais de 6,6 mil contas. Entre as personalidades brasileiras estava Edmond Safra. No mundo, a lista conta com nomes como Fernando Alonso, Emilio Botin, David Bowie, Tina Turner ou o Rei Abdallah, da Jordânia.

A lista incluí desde traficantes de drogas, de armas, ditadores até nomes famosos do mundo da música e do esporte, num total de US$ 100 bilhões. Os documentos são apenas uma parte do que seria o sistema bancário suíço, duramente criticado por autoridades de todo o mundo por permitir a existência de contas secretas e ser uma espécie de “buraco negro” no sistema financeiro internacional.
Os documentos foram colhidos pelo Consórcio Internacional de Jornalismo Investigativo e revelam a frequência pela qual personalidades viajavam para a Genebra para consultar suas contas e administrar suas fortunas.

No caso do Brasil, as contas registradas existem desde os anos 70 e o período avaliado perdura até o ano de 2006.

Pelos documentos, porém, o que se revela é que o crime organizado sul-americano usou as contas do HSBC para lavar dinheiro da droga e não se exclui que parte das contas tinham relações com organizações criminosas.

Os papeis foram obtidos a partir de uma lista roubada dos escritórios do banco em Genebra por um ex-funcionário, Hervé Falciani, em 2008 e entregue para as autoridades francesas. Trechos de uma reportagem de Jamil Chade.

Capa reportagem

Em reportagem de capa, publicada hoje no Jornal I, Carlos Diogo Santos e Margarida Vaqueiro Lopes informam que as formas de fugir ao fisco são já conhecidas por investigadores e advogados dos grandes casos. A mais comum é a sobrefacturação

O esquema mais comum para pôr dinheiro no exterior sem o declarar ao fisco português é relativamente simples de entender. A grande dificuldade é fazer com que mais tarde o montante possa ser utilizado.

Para muitos a equação que passa por fazer uma facturação fictícia no exterior só foi conhecida com a investigação ao chamado Caso Furacão, mas já há muito que era uma das manobras sugeridas por algumas entidades financeiras.Quem tiver uma empresa portuguesa, em vez de comprar material ou matéria-prima directamente ao fornecedor passa a comprar a um intermediário. Uma empresa estrangeira, detida por uma offshore, que revende o material à sociedade nacional por um preço acima do valor de mercado.

Segundo explicou ao i um dos advogados, que pediu para não ser identificado, esta engenharia “permite aumentar os custos de uma empresa portuguesa e diminuir o IRC”. Por outro lado, adianta o jurista, “são conseguidos dividendos na entidade estrangeira, livres de IRS”.

O suposto lucro conseguido na empresa estrangeira acabava, até há poucos anos, depositado em bancos de países como a Suíça, onde o sigilo bancário era muito apertado. Alguns dos exemplos agora descobertos de clientes portugueses com depósitos na filial suíça do banco britânico HSBC podem ter tido esta origem.

Quem adere a este esquema – e partindo do princípio que não declarou o valor acumulado na empresa estrangeira – está a praticar dois crimes: fraude fiscal e branqueamento de capitais.

A investigação no âmbito da Operação Furacão detectou um esquema destes. Em causa estava a colocação de verbas fora do país por intermédio de bancos e outras instituições financeiras, tendo por base facturação falsa.

Ao i, uma fonte da Polícia Judiciária afirmou que “não há muita margem para inovar no que toca a este tipo de esquemas”. O mais usual é este, sobretudo porque existia até há pouco tempo um grande acompanhamento dos bancos a quem queria colocar dinheiro no estrangeiro: “A máquina estava montada.”

O mais importante é aumentar a complexidade do caminho fazendo com que se perca o rasto ao dinheiro. Outro cenário: se uma empresa portuguesa, por exemplo, detiver uma participação numa empresa sediada num país com legislação menos apertada ou mais fácil de contornar, e receber dividendos que possam ser inscritos no regime fiscal de “participation exemption”, pode deixar o dinheiro referente a esse pagamento no país da empresa onde detém uma participação.

Entende-se por “participation exemption”o regime que prevê que os lucros e reservas distribuídos, bem como as mais e menos-valias realizadas, não concorrem para a determinação do lucro tributável.

Depois só precisa de o fazer circular por territórios onde o controlo seja menos apertado até conseguir fazê-lo chegar a um paraíso fiscal. Aqui o truque é tornar o rasto impossível de seguir até o dinheiro estar seguro num dos paraísos, onde a regra é não saber de onde o dinheiro vem, a quem pertence ou para que serve.

Mas a grande questão é como usufruir em Portugal do dinheiro que foi acumulado no exterior sem ser apanhado. Para ultrapassar esses problemas tem havido empresas – e transportadores de malas mais informais – que se foram especializando nesta área. Dois bons exemplos surgiram no âmbito do Processo Monte Branco: a empresa de gestão de fundos Akoya e Francisco Canas, também conhecido como Zé das Medalhas. O papel de ambos passava não só por levar malas com dinheiro para a Suíça, mas também por trazê–las daquele país com dinheiro que os clientes tinham em contas.

Desde 2008 que as autoridades portuguesas e suíças, bem como as dos restantes países europeus, estão mais atentas a esta circulação de montantes. Uma das hipóteses que livraram muitas pessoas de ficar a contas com a lei foram os Regimes Extraordinários de Regularização Tributária, leia-se amnistias fiscais, através dos quais se trouxeram para Portugal grandes montantes, pagando um imposto pequeno pela regularização.

Alguns dos casos serviram para que quem tinha fortunas fora do país desde 1975 pudesse colocá-las de novo em Portugal. Em muitos dos casos foram já os herdeiros a recorrer a esta regularização extraordinária.

Quem, por exemplo no âmbito do Processo Furacão, foi investigado por crimes de fuga ao fisco ou branqueamento de capitais pôde pedir a suspensão provisória do processo mediante a liquidação do imposto em falta.