BRASIL Dos modelos agotados

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Editorial de Correio da Cidadania
In Rebelión/ Traducción de Ernesto Herrera

Cortes draconianos en derechos como seguro-desempleo, jubilación, salud, educación; un presupuesto comprometido con el pago de los intereses y amortizaciones de la deuda pública; un gobierno frágil, sin base social después de promover un grosero fraude electoral y entregar cada día un anillo al capital financiero y el PMDB, con el fin de apartar las amenazas de impeachment; un congreso Nacional cada vez más distante de los anhelos de la mayoría de la población, manipulado por un maestro de la pequeña y corrupta política, conductor de la bancada BBB (Buey, Bala y Biblia), para dar un el tono de un fundamentalismo conservador inédito desde la redemocratización.

Pero esta crisis, que tiene nombres como Dilma Rousseff y Eduardo Cunha entre sus protagonistas, no es un episodio coyuntural. Estamos delante de una crisis de naturaleza estructural, producto de una suma o incluso convergencia de crisis.

Paulo Baraky

Paulo Baraky

En líneas generales, presenciamos el agotamiento de dos “modelos”.

El primero se refiere al padrón de “desarrollo” del lulismo, esto es, la conducción de políticas públicas con moderada intervención del Estado y valorización del salario mínimo. Anclado en una coyuntura comercial externa favorable a los commodities, ese modelo permitió a los sucesivos gobiernos petistas dinamizar el mercado interno y contener o retardar por esa vía los efectos más devastadores de la crisis económico-financiera internacional.

El “problema” de este modelo es que nunca, en momento alguno, rompió con la dependencia y subordinación del presupuesto del país al capital financiero. Religiosamente, los intereses fueron pagados en nombre de la impagable “deuda pública”. A lo largo de la era lulo-petista, ni siquiera se intentó realizar una auditoría de la deuda. La fecha de viabilidad de este modelo un día llegaría.

Bastaron la desaceleración de este escenario externo antes muy favorable, la debacle económico-financiera en el sur de Europa, la presión del capital financiero y de la especulación por los intereses más altos y el compromiso con ajustes y cortes sociales y laborales, para hacer crujir el llamado “neodesarrollismo”.

Tal fragilidad cargada por el modelo queda evidente con el hecho de que, de la noche al día, la decantada estabilidad económica del lulismo dio lugar al trípode achique salarial-inflación-desempelo, que vuelve a ensombrecer el cotidiano de la clase trabajadora brasilera.

La segunda de las crisis es el modelo institucional de representaciones políticas. El agotamiento de las instituciones de la Nueva República, heridas por el modus operandi de la corrupción, desde el financiamiento de las campañas electorales hasta los grandes negocios en la cadena de relaciones promiscuas entre grandes conglomerados capitalistas y el Estado, gobiernos y partidos de ese orden.

La superación de tales crisis y la superación de los dos “modelos” mencionados, con una ruptura de paradigmas. Brasil precisa de otro proyecto de país, que parta de bases democráticas e igualitarias, política y socialmente.

Al contrario de la lógica del ajuste neoliberal, a la cual el gobierno Dilma amarra al país como remedio para la crisis, precisamos de un modelo de desarrollo soberano, que, para comenzar, establezca líneas de ruptura con la dominación del capital financiero, haga girar el presupuesto estatal en torno de lo social, establezca una reforma tributaria progresiva, capaz de tasar la fortuna del Capital, y amplíe la oferta y la garantía de los derechos del pueblo.

Al contrario de la lógica de restricción de derechos democráticos y civiles -propuesta cínicamente por la derecha “social”, que sale a las calles a pedir el impeachment de Dilma, así como por el corrupto presidente de la Cámara de Diputados y sus agresivas bancadas, en relación a las mujeres, LGTB, negros-, Brasil precisa de más derechos y más democracia. Pero, una democracia verdadera, no manipulada, otra institucionalidad, con amplia y plural participación popular y poder decisorio sobre los grandes temas del país.

No será por producto de la casualidad pasar a pensar en otro proyecto, asentado en tales bases, para empezar la caminada. Se trata de un largo trayecto, que dependerá fundamentalmente de la recomposición de un bloque histórico de las clases explotadas y oprimidas, de una pluralidad de actores sociales combativos y progresistas, juntando movimientos sociales independientes (que no sean cooptados, ni correa de transmisión de gobiernos y Estado), al lado de los partidos de una renovada izquierda.

Es un desafío de largos años, que demandará luchas sociales independientes, mucho diálogo entre los actores del mismo campo político de oposición al orden y mucha formulación estratégica.

En tiempos que se presentan hostiles, dada la ofensiva económica conservadora contraria a los derechos democráticos, se profundiza, por otro lado, una tremenda crisis estructural. Es exactamente en esta crisis que podrá reflorecer la esperanza y el espacio para la construcción de un proyecto igualitario.

http://www.correiocidadania.com.br/

por Genildo Ronchi

por Genildo Ronchi

En apoyo de la Grecia que resiste. Por el derecho de los pueblos a auditar la deuda pública

A los pueblos de Europa y del mundo, 
A todos y todas las que rechazan las políticas de austeridad y no aceptan pagar una deuda pública que nos ahoga, que fue contraída sin nosotros y contra nosotros.

Vic- povo grego
Para firmar el Llamamiento: GreekDebtTruthCommission.org
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Quienes firmamos este llamamiento nos situamos junto al pueblo griego que, tras su voto en las elecciones generales del 25 de enero de 2015, es el primer pueblo en Europa –y en el hemisferio Norte- que ha rechazado las políticas de austeridad aplicadas en nombre del pago de una deuda pública contraída por los de arriba, sin el pueblo y contra el pueblo. Al mismo tiempo, consideramos que la creación de la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública, por iniciativa de la Presidenta del Parlamento griego, constituye un acontecimiento histórico de fundamental importancia, no sólo para el pueblo griego sino también para los pueblos de Europa y del mundo entero.

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En efecto: esta Comisión, compuesta por ciudadanos y ciudadanas voluntarias llegadas de todo el orbe, sin duda estimulará iniciativas semejantes en otros países. En primer lugar, porque el problema de la deuda es una verdadera peste que se abate sobre casi toda Europa y otros lugares. Y también porque muchos millones de ciudadanas y ciudadanos plantean, con sobrada razón, preguntas a la vez elementales y fundamentales sobre la deuda:

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-¿Qué ha pasado con el dinero de los préstamos, y en qué condiciones se solicitaron estos préstamos? ¿Qué intereses se han pagado ya, bajo qué tipos de interés, qué parte del principal ya se ha devuelto? ¿De qué manera la deuda ha crecido sin que ello beneficie al pueblo? ¿Qué caminos han tomado los capitales? ¿Para qué han servido? ¿Qué parte se ha sustraído, por quién y cómo? Y también:

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-¿Quién ha pedido prestado, y en nombre de quién? ¿Quién prestó y cuál fue su papel? ¿De qué manera se ha visto implicado el Estado, quién y cómo tomó las decisiones? ¿Cómo las deudas privadas se convirtieron en “públicas”? ¿Quién ha impulsado proyectos inadecuados e inútiles, quién contrató, quién se ha beneficiado? ¿Se han cometido delitos – por no decir crímenes – con ese dinero? ¿Por qué no se sustancian responsabilidades civiles, penales y administrativas?

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Todas estas preguntas las va a analizar de forma rigurosa la Comisión especial creada por iniciativa de la Presidenta del Parlamento de Grecia, Comisión cuyo mandato oficial se formula así: “Recopilar todos los datos relacionados con el surgimiento y el aumento desmesurado de la deuda pública y someterlos a minucioso escrutinio científico con el objetivo de definir qué parte que se puede identificar como deuda ilegítima, ilegal, odiosa o no sostenible, y ello tanto durante el período de los Memorandos, entre mayo de 2010 y enero de 2015, como en años anteriores. La Comisión también debe publicar informaciones claras y accesibles para todos los ciudadanos, realizar declaraciones públicas, facilitar la toma de conciencia de la población griega, así como de la comunidad internacional y la opinión pública internacional, y finalmente redactar argumentaciones y demandas relativas la cancelación de la deuda.”

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Consideramos que constituye el más elemental de los derechos democráticos, para cualquier ciudadano o ciudadana, el plantear estas preguntas y obtener respuestas claras y precisas a las mismas.

Entendemos que rechazar responderlas supone una denegación de democracia y un rechazo de transparencia por parte de los de arriba, que han inventado el “sistema-deuda” y lo utilizan para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres. Aún más grave: juzgamos que, al monopolizar el derecho a decidir sobre el curso de la sociedad, los de arriba privan a la inmensa mayoría de las ciudadanas y ciudadanos no sólo de su derecho a decidir, sino sobre todo del derecho a asumir sus propios destinos, así como tomar las riendas del destino de la humanidad.

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Por eso, en esta situación de emergencia, dirigimos el urgente llamamiento siguiente a todos los ciudadanos y ciudadanas, a los movimientos sociales, a las redes y movimientos ecologistas y feministas, a los sindicatos de trabajadores y a las formaciones políticas que no se reconocen en esta Europa neoliberal, cada vez menos democrática y humanista:

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Manifestad vuestra solidaridad con esta Grecia resistente apoyando ahora, de forma activa, a la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública griega y su trabajo de identificación de la porción ilegítima, ilegal, odiosa o no sostenible de tal deuda.

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Defended a la Comisión de los indignos ataques con que la acosan quienes, en Grecia y en todo el mundo, están interesados en mantener oculta la verdad sobre el “sistema-deuda”.
Participad activamente en los procesos de auditoría ciudadana de la deuda que se están desarrollando en muchos lugares, en Europa y fuera de ella.

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Compartid en red vuestro apoyo y solidaridad, pues sólo semejantes apoyos y solidaridades pueden lograr frustrar el plan de los poderosos que quieren asfixiar a la Grecia que lucha contra nuestros enemigos comunes: las políticas de austeridad y la deuda que nos ahoga.

nunca tantos deveram tanto a uns poucos dívida
Frente a adversarios experimentados, unidos, bien coordinados, armados con poderes exorbitantes y sobre todo decididos a llevar hasta el final su ofensiva contra todos y todas los que constituimos la aplastante mayoría de nuestras sociedades, no podemos permitirnos el lujo de resistir por separado, cada cual aislado en su rincón.

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Unamos nuestras fuerzas en un vasto movimiento de solidaridad con la Grecia resistente y apoyemos a la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública griega, y multipliquemos Comisiones semejantes allí donde sea posible.

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La lucha del pueblo griego es nuestra lucha, y su victoria será la nuestra, pues sólo la unión hace la fuerza.
dívida auditoria crise FMI indignados

En qué consiste, de verdad, la propuesta de Tsipras

por Hibai Arbide Aza

Eneko

Eneko


Otra “semana crucial para Grecia” que pasa con más pena que gloria. En esta ocasión se han mezclado todos los ingredientes: amenaza de corralito sugerido por Draghi, reuniones en Bruselas al más alto nivel, auditoría de la deuda, concentraciones en la plaza Syntagma a favor y en contra de las políticas de austeridad y, por primera vez desde febrero, varias partes que se muestran convencidas de que al acuerdo es inminente.

Sin duda, el hecho político más importante de estos últimos días ha sido que los acreedores, con Merkel a la cabeza, han aceptado la posibilidad de que Grecia reestructure su deuda. Algo a lo que no habían accedido cuando Grecia decidió unilateralmente agrupar los pagos de junio al FMI.

Durante la reunión de jefes de Gobierno en Bruselas el lunes 22 de junio, Tsipras presentó una propuesta que, tal y como le exigen los acreedores, prevé un ahorro de 8.000 millones de euros. El 92,4% de esos 8.000 millones consisten en una reforma fiscal que grava a las rentas más altas, el turismo y los artículos de lujo.

El objetivo del Gobierno griego no es discutir la necesidad de reducir el déficit, en lo que todas las partes están de acuerdo, sino sustituir las medidas de austeridad impuestas por la Troika a los anteriores gobiernos por una mayor recaudación, acompañado de una reestructuración de la deuda, punto que Atenas considera crucial.

Los acreedores, hasta este lunes, sólo eran favorables a subir el IVA. El impuesto sobre el valor añadido en Grecia hoy consta de tres tipos. Uno general del 23%, uno reducido del 13% para alimentos y la energía y uno súper reducido del 6,5% para medicamentos, libros, entradas de teatro y hoteles.

Los acreedores proponían que hubiera dos tipos: el reducido del 11% para medicamentos y alimentos y el general del 23% para todo lo demás. La propuesta de Tsipras, por el contrario, rechaza reducir el IVA a dos únicos tramos y mantiene los tres actuales: baja el súper reducido del 6,5 al 6% y acepta que los hoteles se graven al 13%, en vez del 6,5% actual. Sólo se modifican al alza los hoteles. El resto, incluida la electricidad, se queda como está. La propuesta sí que acepta la supresión del IVA reducido del que gozan ahora las islas para las tres más grandes y turísticas: Mykonos, Santorini y Rodas. Se mantiene para todas las demás.

La propuesta aumenta el llamado “impuesto de solidaridad”, la tasa que se impone a las rentas más altas. Los que perciban ingresos superiores a 50.000 euros anuales tendrán un recargo del 4% -actualmente es un 3%- y los que superen los 100.000 pagarán un 6%, frente al 4% actual. Además, se introduce una subida del 8% en el IRPF para los ciudadanos que tengan ingresos de más de 500.000 euros al año.

Por otro lado, el ejecutivo heleno prevé crear un impuesto especial que grave con un 12% los beneficios empresariales superiores a los 500.000€ al año, así como una subida del 3% en el impuesto de sociedades.

Además, subirá el impuesto para bienes de lujo que comprende a los coches de gama alta, los aviones y yates privados y las piscinas privadas. Por último, se creará una tasa para la publicidad en televisión, un impuesto sobre las ganancias en juegos de azar de internet y una tasa sobre las licencias de telefonía 4G.

La parte más controvertida del acuerdo es la referida a las pensiones, con la que prevé ahorrar 605 millones de los 8.000 citados. En la línea del acuerdo firmado en febrero, el borrador prevé restringir paulatinamente la jubilación anticipada desde 2016 a 2025. Al contrario de lo que le pedían los acreedores, Tsipras no ha aceptado un recorte de las prestaciones pero propone subir la contribución de las pensiones a la seguridad social, con la condición de que no afecte a las pensiones más bajas. El aumento de las cotizaciones sería del 3,9% de media. Las cotizaciones a las pensiones auxiliares pasarían del 3% actual al 3,5%.

La cuestión de las pensiones le ha valido críticas a Tsipras, algunas de ellas dentro de su propio partido. Concretamente, desde la Plataforma de Izquierdas. En julio de 2013, Syriza dejó de ser formalmente una coalición para ser un partido. Así, los partidos que formaban la coalición se constituyeron en corrientes internas. La Plataforma de Izquierdas surge de la unión de tres partidos trotskistas: DEA, APO y la Red Kokkino.

La voz más crítica esta vez ha sido la de Stathis Kouvelakis, un profesor universitario miembro del Comité Central que vive en Londres. En la línea de lo que la Plataforma de Izquierdas lleva diciendo desde el inicio de la legislatura, han criticado lo que consideran cesiones de Tsipras y han apostado de nuevo por un impago acompañado de la salida voluntaria del euro. La Plataforma, que cuenta con un 28% de representación interna y varios diputados, nunca ha roto la disciplina de voto. Si esta vez lo hiciera provocaría un adelanto electoral en un momento, el actual, en el que Tsipras goza de mayor popularidad que cuando ganó las elecciones, según todas las encuestas. El efecto, paradójicamente, sería precipitar unas elecciones en las que el sector afín a Tsipras aumentaría su representación mientras la Plataforma de Izquierdas perdería todos sus diputados. Dicho en otras palabras: la amenaza de no votar las medidas de Tsipras y la escisión es un farol que se debe enmarcar en el juego de poder interno.

Una vez conocida la propuesta de Tsipras, Merkel, Rajoy y el resto de jefes de gobierno quisieron vender la propuesta como una claudicación griega, para así poder aceptar el acuerdo. Pero cuando la firma parecía ya un hecho, las diferencias entre los acreedores volvieron a aflorar. El miércoles 24, el FMI volvió a vetar la resolución. El FMI exige recorte de pensiones, subida del IVA y critica la subida del impuesto de sociedades, lo que sitúa la partida, de nuevo, en la casilla inicial.

La negativa del FMI vuelve a poner sobre la mesa la cuestión del impago de la deuda. De hecho, el acuerdo de Tsipras ofrecía a los acreedores la posibilidad de apuntarse un tanto en el plano político, en tanto que evitaba la escenificación del impago tal y como advertía hace dos semanas Isidro López en CTXT: “La cuestión clave es cómo se consigue no pagar la deuda, que es impagable. Si hay escenificación de la declaración unilateral de impago o no”.

Tsipras ha declarado que “si los acreedores no aceptan la propuesta, tal vez haya llegado el momento de decir “el gran No”. En la política griega, la negación tiene más alcance del que podría parecer. La fiesta nacional, el 28 de octubre, se llama El día del no. Conmemora la fecha en la que el general Yannis Metaxás pronunció su célebre «¡No!» al ultimátum entregado por el embajador italiano en Atenas durante la Segunda Guerra Mundial. Se negó así a aceptar la entrada de las tropas del ejército italiano en el territorio heleno, y empezó la guerra. Cuando alguien en Grecia dice “ha llegado el momento del no” apela a algo verdaderamente serio.

Pero Tsipras no dijo sólo “no”, sino “el gran No”, en referencia al poema de Constantino Cavafis “Che fece… il gran rifiuto”. Las palabras de Cavafis, escritas hace cien años, se revelan terriblemente bellas y premonitorias:

“A cada cual le llega el día de pronunciar el gran Sí

o decir el gran No.

De inmediato se entiende quién tiene

preparado en su interior el Sí, y diciéndolo

hace honor a su convicción.

El que se negó no se arrepiente. Si de nuevo le preguntasen

diría no otra vez. Pero ese

no – que es justo – lo arruina para siempre”.

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Hibai Arbide Aza era abogado en Barcelona hasta que se fue a vivir a Grecia. Reside en Atenas, donde trabaja como periodista freelance para diversos medios.

Fuente: CTXT