A diario, en todas partes, y las 24 horas del día, las mujeres sufrimos agresiones por parte de los hombres, ya sean verbales, psicológicas o físicas. La violencia machista es ejercida con total impunidad, y es invisibilizada y naturalizada por una sociedad que fomenta la presión, el control y el acoso hacia nosotras.
En el año 2013, fueron 54 las mujeres asesinadas por sus parejas, y ya van 44 víctimas durante este año. Sin embargo, violencia machista no es aquella que se ejerce sólo a través del maltrato físico y el asesinato. Las jóvenes de hoy día caminamos inseguras por nuestras ciudades, sufrimos comentarios obscenos y soportamos opiniones acerca de nuestro físico o nuestra forma de vestir, opiniones que nunca pedimos.
Violencia machista es que toda la sociedad se sienta legitimada a decirnos cómo debemos comportarnos y cómo debemos vestir. Las mujeres en general, y las jóvenes en particular, sufrimos nuevas formas de control sobre nuestras vidas: han aparecido nuevas formas de violencia contra las mujeres.
Las nuevas tecnologías nos facilitan la vida en muchísimos aspectos. Para nosotras, igual que para la mayoría de las personas, son herramientas fundamentales que usamos a diario. La comunicación y la conexión con el mundo a través de las redes sociales nos posibilita conocer lo que está pasando en cualquier lugar del mundo al segundo.
Sin embargo, somos conscientes de que las redes sociales y los nuevos canales de comunicación también sirven para ejercer la violencia machista: muchas jóvenes sufren por parte de sus parejas, amigos o incluso desconocidos, algún tipo de acoso, control o presión a través de estas redes sociales, convirtiéndose en un medio más para ejercer la violencia machista.
El control sobre nosotras siempre ha estado presente, pero ahora la forma de ejercerlo es mucho más constante, directa y sencilla: dónde estás, con quién, qué haces, por qué no me contestas. Se justifican, en nombre del amor, los nuevos escenarios de poder que se dan en las parejas.
La violencia machista no se ve reflejada solo en los golpes, sino también en los celos, el control, la coerción y el acoso. Se da hoy, además de en la calle y en nuestro centro de trabajo o estudio, en las redes sociales. Los nuevos medios de ejercer la violencia machista se cuelan a través de estas nuevas formas de comunicación y actúa directamente sobre nuestras vidas. Esta nueva forma de entender y ejercer el machismo pasa desapercibida para la mayor parte de la sociedad, ya que es algo que se ha instalado, sin darnos cuenta, en nuestro día a día.
Es necesario acabar con la violencia machista en todas sus formas, combatirla y expulsarla de nuestros cuerpos y nuestros espacios, porque nos hace presas de la inseguridad y del miedo. Porque ser presionadas, controladas, acosadas, oprimidas, forzadas y culpabilizadas, es violencia. Por todo ello, el día 25 de noviembre, Día Internacional contra la violencia machista, reivindicamos nuestro derecho a la dignidad y a la vida.
Por una vida que merezca ser vivida, acabemos con las violencias machistas.
#PorUnaVidaLibreDeViolenciasMachistas